A raíz del post sobre la TAR publicado por Ester, y rememorando las lecturas de Bruno Latour, me he animado a recuperar un borrador que muestra una parte de un proyecto, realizado en la universidad hace años.
En él trataba de dibujar una vivienda apropiada para el experimento que desarrolló Bruno Latour junto con cuatro científicos en los límites de la selva amazónica. La propuesta, naif como ella sola, surgió del capítulo 2 de La Esperanza de Pandora. El libro, de carácter casi más metafísico que científico, gira en torno a una pregunta planteada al inicio con cierta ironía: «¿Cree usted en la realidad?». Latour trata de responderla desplegando una serie de ejemplos, prácticas (científicas, técnicas, políticas…), que muestran puentes para salvar la separación ontológica entre el ser y el mundo, entre el lenguaje y la naturaleza. Es más, lo que pretende demostrar es que no existe separación, ni siquiera dos ámbitos ontológicos distintos.
Como ejemplo de estas prácticas quiero comentar el registro de la investigación del Capítulo 2, La Referencia Circulante. Latour describe esta investigación para mostrar que solo al sumergirse en los detalles de un estudio científico podemos entenderlo y encontrar continuidad entre los ámbitos (supuestamente distintos) del lenguaje (ciencia) y el mundo (naturaleza). Y, en este caso, lo expone mediante el registro de una cadena de elementos y sus transformaciones, sus sucesivas referencias de unos a otros: que van desde las muestras del terreno o vegetación, que se transforman en inscripciones en un mapa, hasta la clasificación y codificación en el laboratorio que transforma las muestras físicas en datos que pueden ser comparados.
Solo quería dejarlo anotado. Y relacionarlo con uno de los trabajos desarrollados en el Centre d’Experimentació Rural El Planet, en donde las inscripciones realizadas en los marcos de los ensayos para la dosificación ideal del mortero, comenzaban una cadena que, partiendo de las distintas mezclas de tierra realizadas para el acabado de la fachada del baño, y a través de sus sucesivas transformaciones (mezcla, dosificación, inscripción, fotografía, tabla de datos, comparativa) acababan conviertiéndose en un documento técnico de referencia para realizar acabados de adobe y cal en los cerramientos de quincha.
01/14/2014 at 3:46 pm
Lo que siempre me encantó de este proyecto es que, al alojar a Latour con los científicos, añadía un cuarto verbo al trío de Heiddegger: investigar-construir-habitar-pensar 🙂
01/17/2014 at 12:28 pm
Y en ese cuarteto, el verbo investigar puede representar, como decíamos, el gesto de la recogida de la muestra, la curiosidad inicial… 🙂